Ilustración por Alejandra Aranda Castro.
El mundo de la maternidad es realmente diverso. Todas intentamos hacerlo lo mejor posible siempre, tomando nuestra cultura y experiencia como base y siendo impulsadas por el amor que tenemos hacia nuestros hijos. Para las mujeres que crían en el extranjero se abre un mundo completamente nuevo puesto que son dos culturas que se fusionan para sacar lo mejor de cada una de ellas. Esta vez te quiero contar mi experiencia de madre primeriza en Holanda, para que conozcas otras realidades y porque quizás este país se convertirá en tu próximo destino.
Debo ser sincera, y la verdad es que la maternidad nos pilló de sorpresa. Recuerdo que estábamos de aventura en un país del sudesteasiatico, en donde lo único que nos preocupaba era saber cuál sería nuestro próximo destino. Pero de pronto, en Bali, todo cambió, porque fue el lugar donde nos enteramos de que estaba embarazada y de que muy pronto deberíamos empezar a pensar siempre en una tercera persona.
Así que lo conversamos con mi pareja y finalmente decidimos mudarnos de Colombia a Holanda. No fue una decisión fácil para mí, ya que en el fondo comenzaría a vivir dos aventuras completamente nuevas. Por un lado, descubriría un país y una cultura distinta, y por el otro, me convertiría en madre. A pesar de que el panorama estaba lleno de incertidumbres, y me moría de miedo por tantos cambios, quise arriesgarme y confiar en mi pareja apostando por mi nueva familia.
Llegué a Holanda cuando tenía aproximadamente 6 meses de embarazo. Amsterdam fue la ciudad que nos recibió. Y en este nuevo escenario comenzó otro desafío, el de informarme de cada detalle relacionado con el sistema de salud y el manejo de los partos.
Una de las primeras cosas que llamó profundamente mi atención fue el enterarme que en Holanda son las matronas quienes están a cargo de los controles mensuales del embarazo, pudiendo ellas incluso, atender el parto en caso de que decidas tener a tu bebé en casa. Considero que ese fue uno de los primeros grandes choques culturales, ya que en Colombia son los ginecólogos quienes acompañan a las embarazadas en todo su proceso.
Aquí en Holanda supe que muchas mujeres optan por tener “un parto en casa”. Cuando se lo comenté a mis amigas de Colombia, recuerdo que a todas nos llamó mucho la atención. Sin embargo, con el tiempo, fui aprendiendo que las mujeres sí somos capaces de parir en casa y de una forma mucho más natural, sólo está en nosotras el empoderarnos y querer hacerlo así.

“Siento que Holanda me entregó la oportunidad de acceder a información mucho más diversa en relación al embarazo y el parto. Me gustó tener esa variedad de opciones para finalmente decidir lo que realmente estaba en coherencia conmigo”.
Después me enteré que incluso existe un hotel en Ámsterdam en donde te puedes ir alojar con tu pareja y tener tu parto de una forma mucho más íntima y sintiéndote como en casa. Tienes que pagar el número de días que decidas quedarte, y allí tendrás todos los servicios de un hotel, lo que quiere decir que no tendrás que preocuparte de la limpieza o la comida. ¡A mí me pareció genial!
Siento que Holanda me entregó la oportunidad de acceder a información mucho más diversa en relación al embarazo y el parto. Me gustó tener esa variedad de opciones para finalmente decidir lo que realmente estaba en coherencia conmigo. Aquí hay diversas charlas a las que puedes acceder en donde te explican sobre el poder del cuerpo de la mujer.
Te empoderan para que te sientas capaz de optar por el parto que tú desees, y por sobre todo apoyan los partos naturales. Te enseñan a conectar con el proceso de tu cuerpo. Por supuesto que si necesitas la epidural u otro calmante ellos te lo brindan, pero en sus bases está la idea de hacer el trabajo de parto lo más natural posible y de respetar los deseos de la madre. Todo esto me llevó a entender que la experiencia del embarazo era mía y de nadie más, y que por eso yo tenía que decidir qué sería lo mejor para mí.
Con respecto al tema de las matronas, afortunadamente hay muchas que hablan muy bien el inglés, y si tienes suerte también puedes encontrar algunas que manejan el español. Ahora te preguntarás ¿cómo se inicia la búsqueda de la matrona? Pues aquí te comento que lo primero que debes hacer es buscar la agencia de matronas que quede más cerca de tu casa o lo que más cómodo te quede.
Cuando ya faltan unos días para el parto, tu aseguradora te enviará una caja a tu casa con muchos accesorios para recibir a tú bebé. Yo por ejemplo, recibí en mi caja unas mantas especiales, unas tijeras para cortar el cordón umbilical, pañales, entre otras cosas.
Uno de los servicios que yo encontré excelente considerando la realidad de la mujer expatriada, la cual muchas veces no cuenta con un red de apoyo, es que en Holanda puedes solicitar la ayuda y compañía de una “kraamvrouw”. Ellas son mujeres mayores, con experiencia, que van a tu casa por una semana o 10 días, y te ayudan con todo lo que necesites. Te pueden cocinar, te apoyan con la lactancia y con los asuntos domésticos, en definitiva es como esa “madre o abuela” que está ahí para acompañarte los primeros días.
Todas las mujeres embarazadas tienen derecho a este servicio ya que gracias a tu seguro de salud puedes costear este servicio, y en el caso que lo requieras, también puedes pagar días extras. El procedimiento es así, cuando sabes que estás embarazada pagas un seguro de embarazo que incluye la caja, que ya te comenté, y estas “madres, abuelas” que van a tu casa para que la conozcas antes y les hagas todas las preguntas que necesites.
Yo tuve en mi casa a una señora “kraamvrouw”, y tuve mucha suerte, ya que tuvimos una conexión inmediata, me hizo sentir segura, tranquila y me dio mucha confianza. Al mismo tiempo me permitía descansar en algunos momentos mientras ella estaba con mi hija. Cocinaba delicioso, hablaba muy bien inglés, tenía muchas historias para contar y muchos tips y consejos para los primeros días de lactancia, que son los más importantes para tener una lactancia exitosa. Creo que siempre le estaré muy agradecida.
Finalmente puedo decir que el haberme convertido en madre en Holanda me sirvió mucho para aprender cosas muy interesantes sobre la gestación, el parto, el poder de nuestro cuerpo y la crianza. Estoy convencida de que el ser madre en el extranjero es una gran oportunidad para descubrir la diversidad de opciones que existen en torno al mundo de la maternidad, y que al final todo es válido porque todo depende de la cultura en que estás, porque en definitiva es ella la que te hace ver las cosas bajo otra mirada.

Ay cómo me llega tu historia. Yo acabo de mudarme a Amsterdam (hace una semana) y tengo 7 semanas de embarazo. Me encantaría poder contactarme contigo, pues estoy llena de dudas, aprehensiones y miedos en este nuevo doble comienzo.
Un abrazo,
hola, discúlpame hasta ahora veo tu mensaje, claro escríbeme y en lo que te pueda ayudar acá estoy me puedes encontrar en Instagram https://www.instagram.com/montessoristepbystep/
Qué increíble experiencia Jakelin!!! Eres una mujer valiente. Me identifiqué mucho contigo porque yo también tenía seis meses de embarazo cuando llegué a Canadá. Me encanta cómo le dan prioridad a las matronas en Holanda. Te envío un abrazo grande!
hola, es un gran reto y estoy segura que somos muchas las mujeres que nos vemos en esta situación de mudarnos o dar un gran paso en este periodo, cuando las emociones están a flor de piel.
un abrazo enorme desde el país de los molinos