Ilustración por Karina Caro G.
Todas las expatriadas alguna vez hemos tenido la idea de volver a nuestro país de origen. El plan va y viene, y muchas veces esto hace que no logremos adaptarnos bien al nuevo lugar donde vivimos, porque nos sentimos literalmente con un pie acá y otro allá, como no queriendo permitir que la nueva cultura nos absorba, porque lo sentimos casi como una traición a esa parte de nosotras, esa parte que no estamos dispuestas a cambiar.
Una de las dudas más grandes que he tenido desde que llegué a vivir a Dinamarca es si me quedo o me voy. Es inevitable hacerlo, porque cada vez que conozco a otro expatriado, o incluso los mismos daneses, todos, absolutamente todos me lo preguntan. Así que es difícil hacerle el quite a esta pregunta, pero más difícil aún es dar una respuesta. Y no me refiero a una respuesta para el resto, si no una para mi misma, porque la verdad es que por mucho tiempo yo no tuve la respuesta.
Quizás para ti puede ser un rotundo “NO”, porque las condiciones de vida y las oportunidades que tienes en tu nuevo país no se comparan con las de tu lugar de origen; y estás dispuesta a extrañar a tu familia y hacer sacrificios personales a cambio de esos beneficios. Pero si ese no es tu caso, te puede pasar como a mí, que me lo he cuestionado desde el día uno, y volver siempre ha sido una opción.
Es que en Chile tenía mis redes de apoyo, una familia grande y unida, mis amigos y además un trabajo soñado. Toda esta realidad siempre me atrapaba en la ilusión de que volver era una decisión correcta y casi mágica, porque era la solución a todos mis problemas. ¿Por qué? Porque acá no he podido ejercer mi profesión, soy Educadora de párvulos, y sin tener un nivel de danés avanzado, no podré trabajar en mi área. Entonces estaba todo el tiempo soñando despierta: “Si estuviese en Chile seguro tendría un trabajo en mi profesión y ni siquiera me tendría que preocupar por el idioma”.

«Me di cuenta de que al pasar por todas estas emociones provocadas por 5 años de indecisión, de no saber si quedarme o devolverme a mi país, habían desequilibrado mi estado emocional.»
Eso me hacía cuestionar todo tan profundamente que tuve que lidiar con sentimientos tan fuertes como la envidia hacia mi esposo. Yo sentía que gracias a mi sacrificio de acompañarlo, él estaba cumpliendo sus sueños, sin tener que esforzarse con el idioma (ya que usa inglés en el trabajo). Puede que tú también estés sintiendo esto, o quizá alguna vez te ha sucedido. De ser así, lamento informarte que recetas mágicas no tengo, pero sí puedo decirte que, cuando las cosas se pusieron feas, y realmente estuve a un paso de irme, me di cuenta de que volver, al menos en ese momento, no era una opción (¡mucho menos hacer todo esto en plena pandemia!).
Me di cuenta de que al pasar por todas estas emociones provocadas por 5 años de indecisión, de no saber si quedarme o devolverme a mi país, habían desequilibrado mi estado emocional. Así que amiga, si aún no logras tomar la decisión de irte o quedarte, te aconsejo hacerte estas preguntas: ¿Cuáles fueron los motivos que me llevaron a emigrar? ¿Ha cambiado en algo la situación que me motivó a irme? ¿Extrañaría algo del país donde vivo actualmente? También te puede ayudar, así como a mí, escribir y hacer una lista de pros y contras de ambos lugares, en el que vivo y al que quiero volver.
Si estos ejercicios no ayudan a determinar tu postura, mi humilde consejo es que hagas terapia, lo que seguro te dará herramientas para poder tomar una decisión. Hoy hay psicólogos especialistas en el duelo migratorio, y las sesiones pueden ser online, así que es mucho más fácil tomarlas desde cualquier lugar en el que estés. Si después de la terapia sigues deseando irte, bueno, entonces hay que planearlo bien, organizarse y tener un plan para volver. Y si decides quedarte, entonces hazlo con determinación, con la convicción de que es lo que es mejor para ti y tu familia. Pero decídelo de verdad, porque creo que lo más dañino de este proceso es cuando te sientes dividida y no logras estar en ninguno de los dos países realmente, porque la tarea más grande de los migrantes, es adaptarse al nuevo país, no lo olvidemos.
Hoy en día, siento que mi decisión está tomada, pero si me preguntabas esto hace un par de meses atrás, seguro que aún seguía indecisa. En mi caso particular, la terapia ha hecho toda la diferencia. Ahora puedo mirar las cosas desde otra perspectiva, valoro lo que sí tengo, por sobre las metas que aún no he logrado viviendo en el extranjero; vivo consciente en el presente, más que proyectando ideas de cómo podría ser mi vida en unos meses, o de cuándo voy a encontrar finalmente ese trabajo, esas cosas ya no las pienso todo el día
Espero que algún día, eventualmente, esos cambios sí ocurran, pero por mientras he decidido vivir agradecida y tranquila, con la idea de que este es el lugar que escojo cada día. Quiero seguir trabajando en proyectos personales que me llenen y apasionen, porque estoy convencida de que ése es el camino para disfrutar mi vida realmente.

Claudia que bien se siente saber que no me pasa solo a mi. No sé si decir envidia al sentimiento que de pronto se despierta cuando mira al otro pleno y en su zona de confort, pero si llega a joderme vivir en esta incomodidad y ser quien se sacrifica. Estoy en pleno proceso de dar una vuelta más al proyecto, en pandemia cómo bien decís no es mucho lo que se puede hacer. Creo que la terapia me enfrento con la respuesta, quiero volver a mi país. Ya veremos cómo es el desenlace de esta historia. Por el momento decido caminar con calma, disfrutar el proceso, pero sabiendo a dónde voy, creo que le llegó la paz a mi corazón cuando logré saber dónde quiero vivir. Gracias por tu aporte. Un abrazo a nosotras todas.
Julia: qué maravilla saber que tu decisión te trae Paz! Yo creo que independiente de la decisión, lo importante es que te sientas segura y conforme con lo que quieras hacer. Y claro, no somos las únicas que debemos hacernos esta pregunta a diario, deben haber muchas por ahí pensándola. Espero de corazón, que la vida te lleve por buenos caminos! Un gran abrazo y gracias por contarnos tu experiencia 🙂
Querida Julia,
Te abrazo fuertemente, eres una mujer fuerte y poderosa. No me cabe la menor duda que la decisión que has tomado es lo mejor para ti y tu familia. Nunca es fácil el proceso para tomar una decisión de ese tipo, por lo mismo me saco el sombrero. Un abrazo gigante, lleno de amor sororo! Yo sé que te irá genial en todo, porque estás escuchando tu corazón. Un abrazoo!
Yo sí vuelvo, porque nunca me fui de Chile con la idea de instalarme (en Francia) pese a que después de 4 años mi marido y niños están instalados. Y volvemos en Pandemia (los niños tienen que estar en agosto en la escuela). Y sí siento un gran peso en mis hombros porque mi decisión involucra a toda mi tropa, incluso a mi conchito de 4 meses que nos salvó de volver al inicio de esta pandemia…y a quien tendremos que buscarle un lugar en nuestras vidas en Chile…
No sé qué va a pasar, si las cosas se van a dar como espero. Solo sé que no aguanté más que mis niños sigan creciendo sin abuelos y tíos y primos, amigos cerca…(porque solo ahora logramos hacer un círculo de cercanos que voy a extrañar y que han hecho darle un color distinto a esta experiencia ( y eso gracias a COVID)…
Y sí a veces me siento fracasada por no intentarlo (el seguir buscando un lugar profesional para mi) pero simplemente no es lo que quiero. Pasé dos años yendo a la U cuando mis mellis tenían apenas 3-4 años… y fue difícil para ellos, sentí que no lo aproveché al 100%, así que no estoy dispuesta a pasar dos años más sin tener la certeza de tener un lugar profesionalmente (Soy abogado y no se trata solo del técnico, casi superado, sino además de tener un nivel de francés mejor que el de la mayoría de franceses) y no es que no me la pueda. Solo que no quiero pasarme el tiempo estudiando sin aprovechar a mis enanos.
Chilito allá vamos!
Amiga, que valiente!!! la verdad es que a mi la idea de que mi hijo crezca con sus abuelos, y familiares, es lo que más me tira a volver, pero nunca me he atreví a dar el paso.. hoy, después de 5 años me siento más segura con la idea de estar aquí, sobre todo por el covid, pero no me saco la idea de volver y verlo al menos, unos años de su infancia creciendo rodeado de amorcito de familia <3 Gracias por compartir tu experiencia 🙂
!Que valentía! Te admiro mucho y que bueno que fuiste honesta contigo misma, creo que cuando salimos a otro país con la familia, pesa mucho tomar la decisión de volver, ya que todos los integrantes están en juego. Pero me parece muy admirable que hayas considerado también tus sentimientos y por supuesto tu futuro.
Te deseo todo lo mejor en esta próxima aventura.
Linda Clau!
Gracias por leer Pauli querida 🙂
Hola! Qué lindo leer esto. Importante lo que dice la Claudia de vivir el presente y de estar tranquila con su decisión.
Yo decidí volver, y en plena pandemia. Hace ya un año que lo veníamos planeando después de 3 en los Países Bajos. No hay como vivir en una cultura como la holandesa en cuánto a educación y salud, pero me hacía muy infeliz no estar cerca de la familia y no poder desarrollarme profesionalmente como lo hice en Chile. Veía muchas mamás (incluyéndome) en IG siempre echando de menos, siempre cuestionandose, viviendo en países en los que después de varios años tienen cero vida social (o sólo con latinos). Yo me siento satisfecha porque viví al 100% esos 3 años y no cierro las puertas de volver alguna vez al corto o largo plazo.
un abrazo a todas!
Querida!! que bacan conocer tu experiencia y que tomando esta tremenda decisión de volver puedes decir que te sientes satisfecha y completa. Gracias por compartirnos tu historia, porque creo que uno de los grandes miedos siempre, es que la culpa y el arrepentimiento de haberse ido aparezca.. Leerte seguro les dará fuerza para tomar la decisión a muchas 🙂